Sinopsis
Después de perder a su anciano padre, la joven Eliza Caine no tiene más opción que aceptar un puesto de institutriz en la mansión de Gaudlin Hall, en Norfolk. Pero lo que debería ser un trabajo digno y sencillo se convierte en una experiencia espeluznante. En cuanto se apea del tren, un par de manos invisibles intentan arrojarla a la vía, y cuando finalmente llega al caserón, los únicos que salen a recibirla son dos niños, Isabella y Eustace, que aparentemente viven solos. Eliza no sabe quién la ha contratado, y una serie de extraños sucesos la convencen de que algo muy grave está ocurriendo en la casa. Es como si una presencia maligna, que parece querer proteger a los pequeños, se manifestara continuamente, por lo que Eliza comprende que deberá desvelar los secretos que Gaudlin Hall guarda celosamente.
Ficha Técnica
Datos
Editorial: Salamandra
Traducción: Patricia Antón de Vez
Fecha Publicación: 04/2014
ISBN/ASIN: 9788498385779
Páginas: 252
Cubierta: Tapa blanda con solapas
Precio: 17.00 €
Ebook: 11.99 €
Primeras páginas: AQUÍ.
Editorial: Salamandra
Traducción: Patricia Antón de Vez
Fecha Publicación: 04/2014
ISBN/ASIN: 9788498385779
Páginas: 252
Cubierta: Tapa blanda con solapas
Precio: 17.00 €
Ebook: 11.99 €
Primeras páginas: AQUÍ.
John Boyne nació en Dublín, Irlanda, en 1971. Se formó en el Trinity College y en la Universidad de East Anglia, en Norwich. De sus novelas publicadas anteriormente destaca El niño con el pijama de rayas, que se ha traducido a más de cuarenta idiomas y de la que se han vendido más de cuatro millones de ejemplares. Ganadora de dos Irish Book Awards y finalista del British Book Award, ha sido llevada al cine. En España fue galardonada con el Premio de los Lectores 2007 de la revista Qué Leer y ha permanecido más de un año en todas las listas de libros más vendidos. Boyne es asimismo el aclamado autor de Motín en la Bounty, La casa del propósito especial, La apuesta y El ladrón de tiempo, publicadas también con el sello de Salamandra. John Boyne vive en su ciudad natal.
Opinión Personal
Este es el tercer libro que leo de este autor, el primero fue El niño con el pijama de rayas… desgarrador pero muy muy tierno a la vez. El siguiente fue El increíble caso de Barnaby Brocket que también derrochaba ternura pero tenía un trasfondo de cierta crueldad. Y ahora este que no tiene nada que ver con ninguno de los anteriores. Es más… realmente es un relato típico de terror del siglo XIX. Me ha gustado mucho.
La historia empieza de forma bastante típica. Chica del siglo XIX aficionada a la lectura y amparada por su padre, que ya ha pasado la edad “casadera” y da clases en un colegio de niñas. De repente su padre fallece y tiene que buscarse un trabajo mejor remunerado para poder vivir. En ese momento ve un anuncio solicitando una institutriz en la mansión de Gaudlin Hall en el condado de Norfolk, donde la esperan dos niños y una historia muy gótica de fantasmas y apariciones.
La narración la hace la protagonista desde el presente, contándonos cómo sucedieron los acontecimientos, y eso hace que además de conocerlos y vivirlos, también tengamos acceso a reflexiones sobre ellos hechos por Eliza, y a veces estos dan más miedo que la historia en sí.
Las cosas parecen muy fáciles cuando las vemos en retrospectiva, y ahora, al rememorar aquel momento, pienso en Alex y Madge Toxley allí de pie en el andén de la estación de Thorpe, y quiero gritarles, echar a correr y sacudirlos por los hombros; quiero mirarlos y decirles: lo sabíais, ya entonces lo sabíais. ¿Por qué no me dijisteis nada? ¿Por qué no hablasteis?
¿Por qué no me lo advertisteis?
Ya desde la misma llegada de Eliza a Norfolk se empiezan a suceder acontecimientos extraños y sospechosos. Y según van pasando los días el misterio que rodea la mansión, la idea de esos dos niños allí solo sin un adulto que los supervise, y la dramática historia familiar ponen el tono general de toda la narración. Todos parecen conspirar para que Eliza no descubra la verdad, y cuando digo todos es casi todo el pueblo, que anda que no les cuesta soltar prenda…
Creo que al autor consigue crear un ambiente de terror muy bien, pero no solo esto sino también el ambiente londinense, con esos pequeños guiños a Wilde, Bronte o Henry James, te sumergen bastante bien en la trama. Porque si no… ¿quién se queda en una casa así con la de cosas raras que están pasando?
Y a pesar de ser una historia de fantasmas, bastante típica, la verdad es que consigue defenderla más que bien y no caer en pastiches o melodramatismos o casquería. Tiene un muy buen equilibrio entre tensión y toque de miedo, entre giros y sorpresas y elementos predecibles.
Se volvió y presionó un panel de la pared; advertí que se trataba de una puerta, pintada del mismo color que la pared para camuflarla. Solté un gritito de sorpresa cuando se abrió y reveló un tramo ascendente de escalera de piedra, por la que la seguí, recogiéndome la falda para no arrastrarla por los polvorientos peldaños.
—¿Dónde estamos? —susurré.
—Todas las casas grandes tienen lugares secretos —me explicó mientras ascendíamos por la escarpada escalera—. Piense en cuando se construyeron. Los usaban para esconderse, como sitios defensivos. ¿Cree que es la única puerta de este tipo en la casa? Pues no. No suelo usarla, por supuesto. Entro siempre desde el exterior.
La verdad es que Eliza es una gran protagonista. A pesar de ser una chica victoriana, con sus remilgos, consigue ser fuerte y enfrentarse, no solo a la vida sola y sin un protector, sino a fantasmas para proteger a esos niños que ella considera su deber. Vence al miedo con valentía, y a los secretos con obstinación y perseverancia.
Y como el libro no es muy extenso mejor no os cuento nada más y os dejo con las ganas de averiguar por vuestra cuenta qué esconden las paredes de Gaudlin Hall tras esos muros y qué fue lo que allí ocurrió y está ocurriendo en la actualidad.
Una buena lectura para quien les guste las historias de miedo y misterios más que aterradoras, con unos buenos personajes y una buena historia perturbadora. Con un final muy cinematográfico que me gustó mucho.
Muchas gracias a Salamandra por el ejemplar para la reseña.